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PERALES EMPIEZA UNA GIRA POR AMÉRICA,

de su disco "Nido de águilas"

 

Perales se va de nuevo a América.

-Es lo peor de la vida de un artista: siempre andas a vueltas con las maletas.

Manuela, su esposa, no le acompaña:

-Casi me había convencido de que me fuera con él a Buenos Aires, incluso llevando a los niños, pero me dije: <<Con el lío de recitales y viajes que le esperan, con escapadas a Montevideo y Asunción, me encontraré sola y... lejos de los míos; ¡vamos!, prefiero quedarme en Cuenca, cerca de la familia y rodeada de amigos>>.

José Luis Perales le da la razón:

-Más adelante irán a los Estados Unidos. A Nueva Orleans, a Tampa... Sí, por vez primera cantaré en un puñado de poblaciones norteamericanas. Mi álbum "Nido de águilas" se ha puesto a la venta en los Estados Unidos y, por lo visto, calculan que entre los hispanos voy a ser en cosa de nada un <<número uno>>.

Perales ha estado un par de meses en Cuenca.

-¡Cómo he disfrutado de la familia! ¡Cómo he gozado con mis hijos, Pablo y María! Además, celebré la Navidad con mi gente. Una cena con la familia de Manuela. Otra con la mía, en Castejón... Bueno, en <<El Refugio>>, en Castejón, he pasado jornadas enteras yo sólo. O mejor , con mi guitarra. Pensando. Ordenando mis ideas. Creando música y escribiendo letras. 

Confiesa que siente placer al componer:

-Sí, me divierto. Es lo mío. A veces se lo digo a Manuela, que me encantaría crear canciones y grabarlas incluso, pero liberarme del calvario de los recitales, de las televisiones, de las emisoras de radio, de... todo eso. Y, mucho más, de los largos viajes, de las separaciones familiares.

Manuela se desplazó con su marido a Madrid, pero no aguardó a que José Luis Perales embarcara para retornar a Cuenca:

-Jamás le despido en un aeropuerto. Cuando vuelva le esperaré. Cuando marcha, prefiero decirle adiós en casa.

Hace un año. Perales compró un piso en el parque del Conde de Orgaz.

-Ni si quiera he amueblado la casa y ya la vendo. Manuela y yo la compramos porque, al vivir en Cuenca, creímos que con frecuencia sería necesario pasar algunos días en Madrid, por grabaciones, por promoción, por trabajos... Nada. Puedo desplazarme desde Cuenca siempre que quiera sin la menor dificultad.

José Luis Perales y Manuela almorzaron en familia en <<El Rancho Texano>>.

En casa, Perales cierra las maletas:

-Creo que no se me olvida nada.

Llama a su madre: <<Cuídate, hijo>>. Lo de todas las madres.

José Luis cuelga emocionado. Su hermana, Marisol Perales, le comunica que ha hecho las letras que le encargó.

No se comporta Perales como estrella. No se le ha subido la fama a la cabeza. Sinceramente. 

José Luis es uno de los pocos artistas que, con la popularidad, no ha cambiado un ápice. La familia, por encima de todo. Tanto los padres y hermanos como, lógicamente, su esposa e hijos. Pablo -de tres años- va al colegio en Cuenca: <<Al de las Josefinas -dice-, aunque yo le llamo de las Pepas>>. María, muy inquieta, muy revoltosa, cumple ahora dos años: el 21 de enero. Manuela ha regalado a su marido unos gemelos de oro. Pablo se queja de que a él no le han traído lo que más desea: un piano.

-¡Uf! Nos tiene locos con el piano- explica el padre-. Le encanta. Lo tocan unos vecinos de casa y a toda costa quieren que le compremos uno. Precisamente por Pablo he compuesto una canción infantil que estoy muy interesado en grabar ahora. Cuando vuelva de América grabaré. A últimos de febrero, puesto que también tengo que cantar en un musical de una cadena de televisión alemana. Cortaré la gira de América para grabar. Después, cumpliré el programa de recitales en los Estados Unidos.

Al caer la tarde, se presenta en casa Conchi, hermana de Manuela: <<¿Qué? ¿Estás lista? ¿Nos vamos?>>. En efecto, las maletas de José Luis se han cerrado y Manuela se despide: <<¡Pero sin cámaras! -advierte-. No quiero fotos. Cuando vuelva...>>. Perales abraza a los niños: besos de adiós largo. Conchi lleva a su hermana Manuela y a los chiquillos a Cuenca. José Luis espera la llamada del pianista Fernando Badía, que le acompaña. Perales -aunque domina la emoción- acusa el adiós de Manuela y de los hijos. 

Invita: <<¿Bebemos algo?>>. Charlamos.

Es uno de los pocos artistas, quizás el único, que revela que en la vida de un artista -de los que triunfan- no todo <<es oro>>, sino que hay <<mucha baratija>>, <<mucho oro falso>>. Y, por supuesto, un enorme esfuerzo y continuo sacrificio.

Perales con su hermana Marisol, letrista de éxitos como la gallina <<Cocohua>> y la letra de Érase una vez el hombre, famosa serie de dibujos de TVE.

Reportaje y fotos extraídos de "Lecturas" 29/01/82 y 16/02/79

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